Recuerdo con angustia los momentos de estudiante cuando la profesora nos pedía visualizar una idea mediante un dibujo. Los que no sabíamos dibujar lo odiábamos. Mi idea podía ser buena, creativa y muy trabajada. Pero la falta de pericia en la ejecución impedía que aquello comunicara algo significativo. No había remedio. Una y otra vez la frustración del resultado me hacía no apreciar estas iniciativas. Pero todo esto cambió hace un par de décadas. Si algo bueno ha tenido la proliferación de herramientas digitales, es la posibilidad de acortar el camino ente una idea y su ejecución. Cualquiera puede ser diseñador si tiene buenas ideas. La perspectiva digital nos ha hecho más autores que nunca. Pero no solo a los docentes sino especialmente al alumnado. En esta sección vamos a ver un ejemplo de proyecto que empieza leyendo un libro y acaba creando un comic. Todo ello sin salir del ordenador y con herramientas cuya curva de aprendizaje es tan ligera que la puedes incluir dentro de cualquier asignatura.
